Misofonía, trastorno por ruidos molestos
¿Te supera el sonido de una persona comiendo con la boca abierta? El chasquido de sus labios, como la comida choca contra sus dientes de manera pastosa… ¿Cómo vives que alguien coma palomitas, patatas fritas o que mastiquen chicle a tu lado? ¿Eres de esas personas que les da rabia como la gente pronuncia algunas letras o sílabas?
Una de cada cinco personas siente un malestar insoportable por culpa de los ruiditos generados por otras personas (sorbidos, respirar fuerte, tragar, el sonido de los cubiertos…) Esta afección se llama Misofonía y según un estudio publicado en el Journal of Clinical Psychology sugiere que afecta al 20% de la población, siendo más frecuente en mujeres. Pese a su elevada incidencia, suele ser una afección que se sufre en silencio y por ello existe muy poca investigación sobre el tema.
Misofonía Síntomas
La misofonía es un trastorno neuropsicofisiológico que provoca una alteración anormalmente excesiva ante determinados gestos y sonidos. Algunos pacientes describen que la angustia que sienten es parecida a la que sentiríamos el resto si nos apuntasen con un arma.
Los principales síntomas descritos por éstos son irritabilidad, ira, taquicardias, sudores fríos, agresividad hacia la persona que lo produce y ganas de escapar o de huir.
Misofonía Vs Hiperacusia. Fenómenos que a veces se confunden
No es algo que dependa del volumen en que se presente, puesto que esto sería hiperacusia (percibir los sonidos de una forma anormalmente alta). A una persona con misofonía le puede afectar un ruido de muy pocos decibelios y apenas perceptible, pero repetitivo.
Causas de la Misofonía
Las causas de la misofonía todavía se desconocen. Sabemos que se trata de una afección neurológica en las que se estima que las zonas del cerebro responsables de recibir los estímulos auditivos y en ocasiones los visuales, tienen una conexión directa con las áreas cerebrales encargadas de las respuesta de lucha o huida. De tal manera que un estímulo auditivo no peligroso, se malinterpreta como tal.
Otra de las teorías, según Pawel Jastreboff, autor de la Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus (TRT), es que la misofonía podría tener que ver con el daño en la corteza prefrontal medial, similar a lo que se produce con el tinnitus (acúfenos).
Misofonía, Ejemplos
Algunos de los sonidos más ligados a la misofonía son los siguientes:
Sonidos nasales (hipo, ronquidos)
Sonidos orales (chasquidos, masticar, crujidos, carraspear)
Sonidos corporales (crujirse los dedos)
Sonidos ambientales repetitivos (croar de ranas, tic-tac del reloj)
Misofonía, Tratamiento
No existe un tratamiento que elimine por completo la hipersensibilidad a los sonidos misofónicos, lo que se hace es entrenar a la persona para minimizar los efectos de una audición hipersensible.
Algunas de estas terapias son:
Terapia psicológica para ayudar a vivir con el trastorno y mejorar su sintomatología
Terapias de desensibilización, que combinan estímulos auditivos y visuales, táctiles y olfativos.
Técnicas de relajación y meditación.
Terapia de recapacitación del tinnitus.
Antes de cualquier terapia, el primer paso por el que comenzar es reducir la exposición a los factores desencadenantes. La persona debe tener la libertad de salir de una situación desencadenante, intentar que sufra los sonidos misofónicos sin las herramientas adecuadas para poder soportarlos es contraproducente y hace que se desarrollen nuevos sonidos desencadenantes.
El ruido blanco o de fondo ayuda a reducir la claridad del desencadenante y por tanto la reacción refleja. Agregar música de fondo, enchufar extractores de humo durante la comida o llevar auriculares con ruido blanco o sonidos de lluvia, reducen en gran medida la reacción a los desencadenantes.
Cuando la misofonía afecta a alguno de los miembros de la familia las peleas durante las comidas son constantes e incluso quien la sufre busca el aislamiento del resto de los familiares, lo que suele afectar por completo al clima familiar. Es importante recordar que las reacciones de la misofonía no son controlables, no se eligen.
Si tú o un miembro de tu familia está sufriendo este trastorno, no dudes en contactar conmigo y trabajaremos juntos para conseguir vivir con ello.