Depresión Postvacacional
En España, la búsqueda en Google del término “depresión postvacacional” ha aumentado un 86% a principios de septiembre, en comparación a los datos relativos al mes anterior (agosto). ¿Existe realmente el síndrome postvacacional? ¿Es tan frecuente como parecen asemejar las cifras de búsquedas en Google?
Síntomas y Causas del Síndrome Postvacacional
Está claro que la vuelta a la rutina en muchos casos está plagada de emociones desagradables, sensación de cansancio, tristeza, apatía, ansiedad o pensamientos de no ser capaz de adaptarse de nuevo a la rutina…
También pueden aparecer síntomas físicos como dolores musculares, palpitaciones, sensación de fatiga… Todas estas sensaciones físicas y emocionales generan un malestar significativo en la persona, que puede venir acompañado de una bajada en el rendimiento laboral, con el estrés y agobio añadido que esa bajada de productividad supone.
Entramos en una especie de círculo vicioso que sería algo así: “No me apetece nada volver al trabajo – cada vez que pienso en algo relacionado con la vuelta a la rutina me siento abrumadx y con mucho malestar – mi cerebro registra: trabajo = entorno hostil y peligroso – aumentan mis niveles de ansiedad y baja mi productividad – mis superiores o yo mismx notamos mi bajada de rendimiento – cada vez me veo menos capaz, más agotado y con mayor malestar”
Es posible que te hayas sentido identificadx con estos síntomas o con los de otros muchos artículos sobre este tema que florecen durante esta época. Pero, ¿realmente estamos ante un trastorno psicológico?, ¿existe de verdad el “síndrome postvacacional”?, ¿de qué me están intentando informar mi cuerpo y mis emociones?
¿Existe el Síndrome Postvacacional?
Bueno chicxs, debo deciros que el Síndrome Postvacacional no existe. No está registrado en ningún manual diagnóstico, ni está reconocido por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como un trastorno psicológico.
De hecho, se trata de una dificultad de adaptación COMPLETAMENTE NORMAL. Igual que nos cuesta adaptarnos a un cambio de ciudad o a una ruptura de pareja. Si patologizamos cualquier dificultad de adaptación, o asociamos la aparición de emociones desagradables a un “síndrome”, no nos estamos permitiendo ver los mensajes reales que se esconden detrás de todo esto. Algunos de ellos pueden ser:
“¿Me está permitiendo mi trabajo dedicarme el tiempo que necesito?”
“¿Estoy siendo capaz de gestionar mi vida laboral con la familiar o de pareja?”
“¿Estoy viendo mi trabajo como algo en lo que sentirme realizado, o para sentirme realizado me exijo estar siempre al 200% sin descanso?”
“¿Me encuentro a gusto con mis relaciones laborales o tengo jefxs y/o compañerxs abusivxs?”
“¿Me siento valorad@ en mi trabajo o pienso que me esfuerzo mucho por una limosna?”
“¿Me está costando mi sueldo mi salud mental?”
Si a esto le ponemos el parche de “síndrome” estamos eludiendo nuestra responsabilidad a la hora de gestionar nuestras emociones, y nos estamos dificultando y alargando ese periodo natural de adaptación a la rutina, pues no nos estamos permitiendo escuchar cuáles son las necesidades personales que hay detrás de cómo nos sentimos.
En general, nuestra sociedad vive en el modo piloto automático y escudarnos bajo el paraguas de “es que tengo el síndrome postvacacional” no nos permite pararnos y escuchar el mensaje que nuestro cuerpo nos está intentando transmitir.
Claves para prevenir el falso Síndrome Postvacacional
Saber identificar qué nos hace sentirnos de qué manera es una herramienta valiosísima que tenemos los seres humanos, no la desperdiciemos centrándonos en buscar nombres de patologías para todo y aprendamos a responsabilizarnos de nosotros mismos, así como a hacernos las preguntas adecuadas que nos permitan un mayor autoconocimiento.
Si quieres que te ayude en eso, en saber identificar los motivos de por qué te sientes así y crees tener ese falso síndrome postvacacional, no dudes en contactar conmigo. ¡Juntos trabajaremos para que esa sensación desaparezca!